La interiorista escribe «Qué tiene que ver el vestido de mi abuela y la decoración»
Hace muchos años mi abuela me contaba que de joven los vestidos no se compraban como ahora, los hacían los modistas. _íbamos a elegir la tela influenciadas por las modas del momento y se la llevábamos a la Señora Inés para que nos hiciera ropa. Tan contenta yo, un día después de estrenar el vestido fui al cine con mi tía y allí en medio de la cola una chica llevaba la misma tela que yo en su vestido, sorprendidas y molestas dijimos a la vez: ¿También tú!?_
Esa expresión me recuerda a lo que sucede ahora en la decoración, mucho de lo mismo que se repite en un sitio y otro. Por supuesto muy diferente a la confección artesanal y exclusiva que tenía mi abuela en el contexto de su vestido, pero sí en esa repetición como un catálogo que parece haber convertido el interiorismo en decoración. Tiendas fáciles de comprar impersonales y con materiales poco duraderos y no siempre, precios económicos, además de mucha falta de personalidad.
Por ello aconsejo que lo mejor cuando tengas que diseñar, decorar tu vivienda, oficina, espacio… es que no te dejes influenciar únicamente por la moda del momento, si no que hagas un viaje a lo que realmente te gusta, te inspires en otras disciplinas, el cine, el teatro, la música o el arte. Que observes en la naturaleza los colores y las formas que te gustan, que te dejes llevar por las sombras y la luz. Que veas revistas antiguas y modernas de interiorismo. Que te preguntes cuál es tu necesidad. Cuál es el nivel de confort adecuado para ti. ¿Cuál es tu personalidad.
Que tengas en tu mente y en tus manos el mando de tu proyecto. Y entonces, si lo necesitas, acudas a un profesional para que te acompañe y asesore en cómo hacer real tu proyecto, tu idea, tu sueño. Así te asegurarás de que sea único y especial para ti y no se convierta tu espacio, como el vestido de mi abuela, en el también tú del interiorismo.